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Características principales

Nombre del álbum
Norma - Caballé - Vickers / Giuseppe Patanè
Compañía productora
VAI
Formato
Físico
Tipo de álbum
DVD
Incluye pistas adicionales
No
Año de lanzamiento
1975
Tipo de envase
Caja de plástico

Otras características

  • Origen: Estados Unidos

  • Género: Ópera, Música Clásica

  • Cantidad de piezas: 1

  • Accesorios incluidos: Folleto

Descripción

Vincenzo Bellini (1801-1835)
Norma

Jon Vickers (ténor)
Gino Sinimberghi (ténor)
Marisa Zotti (soprano)
Agostino Ferrin (basse)
Josephine Veasey (mezzo-soprano)
Montserrat Caballé (soprano)

Chœur du théâtre régional de Turin
Orchestre du théâtre régional de Turin
Giuseppe Patanè


Caballé consideró esa noche tempestuosa en Orange como LA actuación de su carrera. Con el fascinante trabajo de Jon Vickers en la flor de sus enormes dotes, esta podría ser la 'Norma' de todos los tiempos. 'Casta diva' cuelga como las estrellas: canta tan cargada de paciencia, patetismo y presencia musical que apenas se puede respirar. De todas las versiones grabadas de Montserrat Caballé de esta aria, esta seguramente es la más asombrosamente culta por su belleza y profundidad, y se encuentra entre las pocas obras maestras genuinas del arte operístico registradas. El canto de Caballe surgió del cielo, no tenía precedentes y, de hecho, para todos los tiempos seguramente no tendrá rival. Este es un canto que María Callas, a pesar de que su inmensa contribución permanecerá, nunca soñó, como lo entendió la propia Callas, en crédito de su humildad, enviando a Caballe, como lo hizo más tarde en su vida, los aretes que usó en el escenario durante su propias suposiciones del rol. Cuando se le mostró el vídeo de esta grabación, Callas, en perfecto eufemismo, comentó "ah, pero la han hecho lucir demasiado hermosa..." Ella, por supuesto, sabía de qué se trataba esta actuación. Caballé no canta, ella encarna. A lo largo de toda su actuación, ella está tan inspirada como los feroces vientos insistentes. La Adalgisa del gran Veasey resulta a veces casi tosca simplemente porque debe oponerse a las virtudes divinas de la Norma de Caballe. Patane es un verdadero compañero en el podio, aunque hay momentos en los que la orquesta parece fallar en el canto: pequeñas indiscreciones rítmicas, pero las actuaciones al aire libre tienden a romper la cohesión en este sentido. He aquí un logro artístico humano inefable y ennoblecedor, imposible de elogiar adecuadamente.